Vencedor - Cristo - Mundo - Paz - Premios
Uno de mis deportes favoritos es el fútbol, y a diferencia de otros deportes como: el tenis, básquetbol, voleibol, boxeo y otros no existe el empate, siempre debe haber un ganador, y, por ende, un perdedor. En el fútbol, por lo general no es un buen resultado, aunque para algunos (mediocres) lo es. El triunfo otorga tres puntos y el empate solo uno. En definitiva, no es un buen resultado cuando se compite por alcanzar el objetivo final, ser campeones, ganar el trofeo.
Nuestra vida cristiana, bíblicamente, es comparada con una carrera atlética, de largo aliento, por ende, no existe el empate.
De partida, nuestro entrenador es un ser victorioso: Jesucristo.
Juan 16:33: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo."
Por lo tanto, no podemos estar orientados al empate, o en otras palabras al conformismo. Hay un dicho, no cristiano, que expresa muy bien lo dicho anteriormente: “Estas bien con Dios y con el diablo”. Vaya que mejor manera de expresar lo que quiero expresar en este artículo. La Biblia expresa, claramente, en Romanos 12:2: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". En otras palabras: No tomen la forma de este mundo, ya que muchos “cristianos” en el medio que se desenvuelven adquieren las costumbres de ese medio, del culto cristiano un día y en la semana compartiendo chistes de doble sentido o sucios, participando de sus fiestas mundanas o utilizando un lenguaje grosero, ¿para qué?, para parecerse a ellos y ser aceptados en ese medio, y no levantan la cabeza para darse cuenta de esa forma de vivir que, finalmente, les llevará por un mal camino; o sea, juegan al empate. La Biblia respecto a esto nos dice: Santiago 4:1-4, “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4 ¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios."
Y, agrega en 1° Juan 2:15-17, “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
Pero, no todo está perdido, en Cristo somo más que vencedores, así lo expresa Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó". Por lo tanto, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1° Juan 1:9), y esto nos ayudará a volvernos a Dios y buscar entrar en el equipo ganador. El volverse a Cristo trae paz a nuestras vidas. Juan 16:33, nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Por lo tanto, con firmeza afirmamos que somos hijos de Dios y parte del equipo ganador. Si, Satanás te recuerda tu pasado, tú recuérdale su futuro. 1° Juan 4:4, “Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo."
Por ende, a la siguiente pregunta, ¿Cómo respondemos?
“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Juan 5:5). Así lo creemos.
Finalmente, como en toda competencia o carrera existen premios a los vencedores, a continuación, les dejo una lista de ellos, expresados en el libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 2:7
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios.’”
Apocalipsis 2:11
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la segunda muerte.’”
Apocalipsis 2:17
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe."
Apocalipsis 2:26
Al vencedor que guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones;
Apocalipsis 3:5
El vencedor será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
Apocalipsis 3:12
Al vencedor yo lo haré columna en el templo de mi Dios y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, con mi Dios, y mi nombre nuevo.
Apocalipsis 3:21
Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
Juguemos a ganador con Cristo nuestro Señor,
con Él somos más que vencedores.
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